Lectores beta y editores: las claves para mejorar tus escritos
Escribir una novela es un viaje largo, lleno de obstáculos, caminos sinuosos, divertido y a la vez desesperante… pero, lamentablemente, poner el punto final a tu primer borrador no es el final del proyecto. Después de haber escrito, viene la edición: para muchos (como yo), lo más tedioso, para otros lo más divertido.
Para comenzar este mes de Fiestón de MIELL (si no sabés a qué me refiero, mirá este posteo), el mes que hemos decidido dedicar a la edición con la comunidad de Locuras Literarias, vamos a ver los diferentes tipos de edición (y de editores), que existen.
Lectores beta: tu primer espejo
Los lectores beta son personas que leen tu manuscrito terminado (pero todavía no editado de manera profesional) y te dan su opinión como futuros lectores. No reemplazan a un editor, pero son super valiosos porque te pueden ayudar a detectar las cosas más generales, como escenas lentas o confusas, personajes que no convencen e inconsistencias. Además, de parte de ellos vas a recibir las primeras reacciones emocionales de tu historia y, generalmente, muy genuinas.
Lo mejor es elegir betas de distintos perfiles: alguien que lea mucho en tu género, alguien ajeno a él, y alguien que pueda ser honesto sin suavizar demasiado. Pueden ser personas de tu confianza o ajenos por completo, lo que consideres más adecuado (y lo que te haga sentir más cómodo).
Edición de desarrollo o estructural
Este es el primer nivel de revisión profunda. Se centra en el esqueleto de la historia y busca responder a preguntas fundamentales:
- ¿La trama avanza con un ritmo adecuado?
- ¿Los personajes tienen motivaciones claras y evolucionan de forma coherente?
- ¿Hay cabos sueltos o huecos en la historia?
- ¿El mundo en el que ocurre la trama está bien construido y resulta creíble?
En esta etapa se pueden sugerir reordenar capítulos, eliminar escenas innecesarias o incluso reescribir partes importantes. Es la edición más “quirúrgica” porque interviene en la estructura central del manuscrito.
Muchos autores hacen este tipo de edición por sí solos, después de haber dejado reposar el primer borrador un tiempo, pero también existen editores profesionales especializados en este tipo de edición.
También cabe aclarar que aquellos que planeamos mucho nuestras novelas antes de empezar a escribirlas quizás no tengan que hacer una edición de este estilo muy profunda o drástica, pero aun así es útil hacerla.
Edición de estilo
Una vez que la historia funciona como conjunto, llega el momento de trabajar la forma en que está contada. La edición de estilo pule la prosa y mejora la experiencia de lectura sin alterar la trama.
Aquí se revisa:
- Claridad y fluidez de las frases.
- Eliminación de repeticiones innecesarias.
- Ajuste del vocabulario para que sea consistente con el tono y género de la obra.
- Cohesión en la voz narrativa y los diálogos.
Por ejemplo, si un personaje habla de manera formal en un capítulo y luego usa expresiones coloquiales sin motivo, un editor de estilo lo señalará. También ayudará a que el texto suene natural, sin caer en frases rebuscadas o demasiado planas.
Para este tipo de edición, los escritores mismos pueden hacer un primer repaso, pero lo más adecuado sería contratar a un profesional que pueda realizar una lectura exhaustiva, marcando las frases o fragmentos que necesitan edición.
Corrección ortotipográfica
Es el último paso antes de considerar que el manuscrito está listo para publicarse o enviarse a editoriales. La corrección ortotipográfica se encarga de la precisión técnica del texto.
Incluye:
- Ortografía y gramática.
- Uso correcto de los signos de puntuación.
- Consistencia en nombres propios, fechas, lugares o terminología.
- Revisión de mayúsculas, cursivas, guiones y otros aspectos tipográficos.
Aunque parece un detalle menor, una novela con errores ortográficos o tipográficos pierde credibilidad de inmediato. Es la diferencia entre un manuscrito amateur y uno profesional.
Por supuesto, todos conocemos las herramientas de corrección automáticas que existen, como el mismísimo corrector ortográfico de Word, pero es importante tener un editor externo, humano, capaz de corregirnos cosas que no somos capaces de ver nosotros mismos.
¿Se necesitan todos los tipos de edición?
Lo ideal es que un libro pase, al menos, por edición de desarrollo y corrección ortotipográfica. La edición de estilo también es muy recomendable, especialmente si buscás que tu prosa se lea de forma fluida y atractiva.
En autopublicación, la inversión en estas etapas recae completamente en el autor. En cambio, en editoriales tradicionales, suele haber un equipo interno que se encarga de realizar estas ediciones, aunque es fundamental presentar un manuscrito lo más pulido posible desde el inicio.
¡Y eso es todo! ¿Conocías estos tipos de editores? ¿Alguna vez pasaste tu novela por alguno de ellos? Contanos en los comentarios y no te olvides de volver la semana que viene que vamos a seguir hablando de edición 🙂
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